El principio

Estaba escribiendo un momento flash cuando me pregunté... ¿Cuando empiezo con mis consejos? Así que con mucha tristeza, aparté a un lado ese trocito de relato y me decanté por mi primer consejo de la sección "El escritor novel".


La mayoría de las personas que se han acercado a mí y me han preguntado sus dudas, siempre tienen en común una escena:


"Yo no escribo casi, pero tengo estas páginas y querría saber si son buenas"


Voy a aprovechar este espacio para dar una respuesta general. Si es bueno, bueno. Y si es malo, se puede mejorar. Cada vez que ponemos nuestra ilusión en las palabras no nos defraudan, siempre nos brindan el mismo amor y cariño con que las hemos creado. Es por eso que cuando regresamos a ellas, nos están esperando. Cada vez que nos sentamos a escribir algo, es importante para nosotros. La diferencia en que sea de mejor o peor calidad, es la cantidad de tiempo que le dedicamos después a corregir y a retocar nuestro trabajo. Luego vienen los comentarios que nos hacen. Que alguien diga que nuestra novela / carta / poesía es horrible no lo hace necesariamente mala al igual que si te felicitan no la vuelve buena. La seguridad de que nuestro trabajo está a la altura de lo que necesitamos, la tenemos que tener nosotros mismos. "¿Me gusta?".

Por fiiiiiiin

Entre una cosa y otra no tenía tiempo de poder crear el blog como quería. Es el primero, así que espero que me permitáis los típicos errores a la hora de ponerlo en marcha y moverme por este mundo virtual en el que estoy aprendiendo a base de esfuerzo y tesón.


De momento le he creado cinco categorías divididas en la columna de la derecha de la página principal. Cada una con sus apartados correspondientes que son:

  1. Peripecias: Página general que sostendrá todas las entradas. A la derecha está las categorías para poder escoger algunas entradas en concreto.
  2. El escritor novel: En esta sección escribiré desde consejos básicos, a alguno más avanzado para que podamos mejorar nuestra escritura.

Noche de rayos y truenos.

El trueno hizo retumbar todos los cristales de la casa. Eran las tres de la mañana y aún faltaban dos horas antes de que el despertador sonase anunciando que tenía que ir a trabajar, cuando un grito le despertó.


-¡Papaaaaaa!


-Tranquilo, ya voy yo -Le dijo Karen adormilada -odio estas noches de tormenta.


-No pasa nada cielo, -comentó Nelson mientras se ponía en pie y buscaba sus zapatillas -Es mi turno y tú necesitas dormir.


-¿Seguro que no te importa?

Asesinato en el bosque

Lo que Kevin más tenía clavado en el cerebro, no era la presión que ejercía el gatillo sobre su dedo. Ni siquiera el peso del arma en sus pequeñas manos mientras apuntaba con cuidado. Lo que no conseguía quitarse de la cabeza, era el penetrante olor a sudor que exhalaba su propio cuerpo.


El tiempo que llevaba allí tirado completamente quieto se le estaba haciendo eterno. Sentía calambres en los brazos y las piernas y la ligera molestia en el abdomen se había transformado en una necesidad acuciante de orinar o reventar. A pesar de todo no se movió. No iba a fastidiar este momento por nimiedades como esas.

La primera... muerte.



Mi nombre es Gael Solano y vengo a confesarme, soy un asesino. Con mi cara de buena persona he sido capaz de acabar con la vida de miles de personajes entre mis páginas. He sido el ardid de accidentes mortales, incluso he llegado a elaborar diversas tramas con finales trágicos. He torturado y mutilado a un sin fin de personalidades y todo ello por el mero hecho de crear un rival digno del héroe, por darle un motivo al protagonista de la historia para que pueda luchar contra el destino o simplemente porque la víctima estorbaba en un plan para conquistar la ciudad o quien sabe... quizás el mundo.

La primera... gominola.



Mientras pensaba que poner, me dedicaba a lanzar por el aire las gominolas y que cayesen en mi boca sin usar las manos. Cuando un aro con pica pica se vengó golpeándome en la nariz para acabar sobre mi portátil, supe que estaba llamando mi atención para ser parte de una historia.


Después de limpiar mi teclado, (En América un teclado en condiciones con su Ñ y los acentos pertinentes es más escaso que una tortilla de patata bien hecha...) me quedé pensando ¿Puede ser importante en nuestra vida algo tan nimio? Al llevármelo a la boca para que me deleitase con su sabor descubrí la respuesta. Si queridos lectores, hasta un aro de pica pica tiene derecho a ser parte integral de un momento.

El primer... descubrimiento



La vida es un camino de continuo descubrimientos. Si vas por la calle mirando el suelo puedes hallar un reloj, una cartera, un anillo… Si miras al cielo puedes encontrarte una estrella, un pájaro o quien sabe, quizás hasta un ovni. Si en lugar de eso te esfuerzas en mirar hacia adelante tal vez descubras una mirada que te derrita, un camino que te guíe o un destino como meta.


Pero somos seres humanos, no estamos destinados solo a eso. Podemos, por ejemplo, mirar hacia atrás y encontrar en el pasado la solución a esos problemas que nunca creímos superar. Podemos mirar a un lado y ver quiénes son las personas que han decidido acompañarnos en nuestro viaje o incluso cerrar los ojos para ver en el fondo de nuestros pensamientos quiénes somos de verdad. Todo es posible. Solo tenemos que estar concienciados de que el día tiene veinticuatro horas con sesenta minutos cada una y en cada uno de ellos, siempre puede haber algo diferente.

El primer... día.


Comenzar nunca ha sido fácil para nadie.

"A partir de mañana salgo a correr"
"A partir de mañana dejo de fumar"
"A partir de mañana seré célibe"
"A partir de mañana comeré sano"
"A partir de mañana no mentiré más"
"A dios pongo por testigo que a partir de mañana, las celebraciones serán solo con agua"

A partir de mañana, escribiré... 

La primera entrada

Esta es la primera entrada que hago en mi estreno como bloguero. Como negarle este instante a la súcubo que durante un año me ha acompañado en la portada de mi libro.


No sé en qué momento la encontré, ni siquiera que me llevó a sus brazos ficticios para hacerme sonreír al pensar "Esta es". Lo que si sé seguro es que aunque esté obligado a borrarla ahora que mi obra está cerca de terminar, quería tener un lugar privilegiado para recordarla. Un sitio que al mirar atrás, aún conserve la magia de este momento.


Así que aquí queda la primera de las cosas a las que me veo obligado a renunciar para seguir mi camino. Ha quedado atrás, pero no olvidada, porque siempre la tendré en mis recuerdos y en la primera entrada de este blog.

 
Diseño: Oloblogger